Café con Amigos: Natalia Arrigoni
En tiempos de distanciamiento social preventivo y obligatorio se extrañan los café con amigos. Por eso hoy con Natalia Arrigoni decidimos compartir uno a la distancia. La pasión en común por la comunicación interna y la que ella me despierta sobre la agilidad hace que la charla fluya, el tiempo pase y la distancia no parezca tal.
Nati, allá por 2011, producía y conducía un programa radial para emprendedores de INICIA (ONG de la cual es voluntaria) y fue cuando conoció las metodologías ágiles de la mano de Ingrid Astiz (a quien desde entonces considera su maestra). Hoy es miembro activo de la Comunidad de Ágiles de Argentina. Y en esta charla, a la que los invito a sumarse, me abrió a un mundo para experimentar y del cual aprender mucho.
¿A qué creés que se debe el auge de las metodologías ágiles?
El mundo en el que estamos viviendo nos incomoda, cada vez es más volátil, incierto, ambiguo. Esto rompe con el modelo predictivo que solíamos tener, tanto en los modos de trabajar como en otros dominios de la vida, y nos dificulta tomar decisiones. La agilidad intenta amigarnos con esto, ya que no somos ágiles en tanto trabajamos más rápido sino más bien en la medida en que somos flexibles y nos adaptamos al cambio.
Entonces, si se trata de ser flexibles podemos deducir que ¿la agilidad abraza al error?
Exacto. La agilidad ve al error como algo normal y frecuente. Porque si, justamente, nos vamos a estar moviendo en un contexto que no podemos predecir, lo más probable es que nos equivoquemos. La idea en la agilidad es trabajar en procesos cortos para que podamos equivocarnos de una manera rápida, recibir feedback y hacer los cambios que se consideren adecuados.
¿Qué necesitamos para ser ágiles?
Primero de todo, decidir (real y honestamente) y comprometerse para llevar adelante un verdadero cambio en los procesos de trabajo.
Luego, dar a cada colaborador la posibilidad de auto-organizarse y auto-gestionarse. Esto no solo implica generar las posibilidades sino también tener la capacidad (y las ganas) de delegar. También son necesarias otras dos cosas: compartir información y permitir el error. Para que todas las personas que forman parte de la empresa puedan aportar valor y mejorar su contribución necesitan que la información no les sea vedada y que cuando acontece la equivocación no aparezca el castigo sino la oportunidad para aprender.
Por último y, por sobre todo, lo que se necesita es valorar más a las personas que a las herramientas y los procesos.
Y si queremos empezar a ser ágiles ¿por dónde nos recomendás iniciar?
Algo que facilita la agilidad en empresas multinacionales (con una dotación muy grande y dispersa) como, por ejemplo, un banco o una empresa que genera productos en distintos sectores y a gran escala es trabajar en células viendo cómo mejorar la oferta de servicios, qué nuevos productos se pueden ofrecer. El marco ágil lo que permite es ser más cercano con el cliente y salirse un poco del escritorio y de las estadísticas para conocer realmente cuáles son las necesidades que están teniendo los clientes. Salir de las ideas de uno y enfocarse en el cliente como un miembro más del equipo de trabajo.
Esta idea, la de ser cercanos a las necesidades de aquellos a los que les brindamos un servicio, me parece útil incluso para las áreas de la compañía que no tienen contacto directo con el consumidor porque, en definitiva, en tanto áreas soporte su trabajo también procura satisfacer a otros, cubrir sus necesidades.
No hace falta que te confiese que, al decirte esto, no puedo evitar pensar en primer lugar en el área CI. Así que hablando de comunicación interna… ¿qué podemos decir de ella en relación a la agilidad?
El gran aporte de la agilidad a la CI es que habilita un montón de instancias de comunicación y brinda un montón de metodologías que permiten que sea mucho más horizontal. Las metodologías ágiles empoderan a la comunicación porque trabajan de una manera colaborativa para que todos tengan la posibilidad de generar sus aportes. El valor primario de la agilidad, el de privilegiar a la persona, es en lo que ambas disciplinas hacen sinergia.
Como en cualquier conversación del último tiempo no podemos dejar de mencionar la pandemia por la que el mundo está atravesando. ¿Qué me podés decir de la agilidad en tiempos de Covid-19?
En este momento, mucho se habla del trabajo remoto pero la real pregunta es cómo hacemos que ese trabajo remoto sea colaborativo y realmente aporte valor a los procesos de la empresa y a las personas que lo están haciendo. Bueno, justamente, en la agilidad podemos encontrar muchas herramientas para gestionar el trabajo colaborativo.
Conversando con vos me queda muy clara la idea de que la agilidad no es una receta mágica y ni siquiera son sistemas o metodologías, sino en verdad un marco de trabajo (como vos bien lo llamás). Y también me quedan muchas ganas del beso y el abrazo que este café virtual no nos permitió, pero sé que no faltará oportunidad, mientras tanto mejor #NosQuedamosEnCasa.