Un “mapa” para planificar la comunicación interna
No tenemos duda: una adecuada proyección del trabajo potencia la efectividad de la comunicación interna. Por eso el “Mapa de Contenidos” que desarrollamos para nuestros clientes es hoy uno de nuestros productos estrella. Pero ¿qué es un mapa de contenidos? Se trata de planificar: es un gran esquema organizador de medios y acciones, una hoja de ruta que indica a quién y cómo comunicar los mensajes en función de un objetivo, traduciendo además esa gestión en métricas.
La decisión de haber elegido ese nombre no es casual, ya que el solo hecho de hablar de un mapa tiene que ver, de algún modo, con correr la mirada. Uno de los errores más recurrentes a la hora de planificar la CI es poner el foco en los vehículos, en tanto el verdadero plan queda reducido a una mera calendarización de publicaciones. En Vector C sabemos que la comunicación solo tiene valor en la medida en que exista algo para comunicar. Y lo que es más importante: en tanto y en cuanto se hayan identificado los mensajes clave.
Por eso hablamos de un completo mapa de contenidos y no de simples canales o de una calendarización de temas. Porque hacemos zoom en aquello que la compañía tiene para contar a sus colaboradores y en lo que estos últimos necesitan saber para realizarse en sus tareas y aportar así su “milla extra”, su valor agregado. ¿Son esos contenidos iguales para todas las audiencias? ¿Quiénes los generan? ¿Con qué frecuencia, de acuerdo a qué tono, según qué creatividad, bajo qué responsabilidades? Todo eso es, también, abordado por el Mapa de Contenidos, ya que todo lo que incluye tiene que poder traducirse en acción. De nada sirve planificar sin contemplar todas las variables que permitan darle vida a aquello que se previó.
Este mapa jamás podría llevarse a cabo sin un detallado, riguroso y profundo relevamiento previo que implica la tarea de bucear en archivos, recopilar toda clase de datos y entrevistar a los actores clave. Ese relevamiento es, además, el primer driver para posicionar el área de CI en una ubicación central.
El plan incluye a la vez su respectiva herramienta de seguimiento, conformada por un monitor que nos permitirá contabilizar si estamos siendo efectivos en la gestión y herramientas para evaluar la satisfacción. Todo esto contribuye a verificar si el mapa está en verdad alineado con los objetivos y evaluar el impacto de lo realizado.
Se trata, en suma, de un plan estratégico de CI que cuenta con procedimiento, formato y entregables definidos. Una vez más tenemos la satisfacción de comprobar que lo que hacemos va en sintonía con aquello que en Vector C pensamos: la comunicación interna debe entenderse de una forma integral y gestionarse de manera estratégica, pero sin perder de vista la práctica.