Agregar valor: ser agentes de cambio
CEOs, líderes, colegas, reportes, dirección… anhelamos que las personas con las que trabajamos sean agentes de cambio, es decir, que agreguen valor a todo lo que hacen, modificando el curso positivamente. Los agentes de cambio en comunicación interna, lo son en verdad en todo tipo de rol.
¿Cómo lograr esto?
¿Sencillo? No, nadie dijo que comunicar efectivamente fuera fácil.
¡Imposible entonces! Tampoco. Toda empresa tiene misión, visión y valores.
¿Protocolo? No, razón de ser, objetivo.
Para cumplir con su misión, la compañía debe orientar la suma de acciones que se desarrollan en su interior hacia ese «norte». Como los girasoles al sol. Ahora, quienes conforman una empresa son personas. Y las personas piensan, sienten, hablan diferente, interpretan distinto, tienen cosmovisiones disímiles… parece haber más diferencias que similitudes. Ahí está el desafío: ¿cómo lograr que todas las personas que trabajan en una compañía se alineen tras un objetivo corporativo, actuando diariamente en función del mismo? ¿Cómo lograr verdaderos agentes de cambio en comunicación interna?
Un círculo perfecto
Por lo pronto, lo primero que tienen que saber es cuál es el objetivo corporativo. Conocerlo. Pero conocerlo no es entenderlo, así que el segundo paso será explicarlo de manera que lo puedan internalizar. La internalización del objetivo corporativo (o de negocio), permitirá que cada quien dilucide cuál es su contribución diaria a esta meta. Y descubra que no «está picando piedra, sino construyendo una catedral». Luego vendrá el desafío de cada líder de supervisar, respetando los niveles jerárquicos, la tarea de cada persona y de acompañarla para que no se desvíe -en el torbellino diario- del objetivo corporativo, o de reorientarla en caso de que lo haya hecho. En todo este flow, la comunicación, es fundamental.
Como decíamos anteriormente: validar el objetivo organizacional, traducirlo en focos (o mensajes clave) y transmitirlo a través de vehículos (medios masivos u acciones interpersonales) a todos los estratos de la empresa (adaptando lenguajes), permitirá transformar a las personas en agentes de cambio, que generen un impacto o magnitud organizacional favorable. Un proceso win-win, donde todos los actores se ven favorecidos.
Es un círculo perfecto. Pero para hacerlo redondo, hay que estar en cada detalle, en cada palabra, en cada momento, en cada tilde, en cada medio, en las formas, en los gestos, en las acciones. Porque todo comunica. Y en la coherencia estará el éxito.