Vehículos: conduciendo los mensajes efectivamente
¿Cómo comunico los mensajes una vez que sé lo que tengo para decir? La respuesta: vehículos (o medios internos de comunicación). Analicemos un caso:
Somos responsables de un área de comunicaciones internas y la Dirección nos transparentó los objetivos que se plantearon este año para el negocio. Tenemos números, planillas, presentaciones Powerpoint de la casa matriz de nuestra empresa en USA… mucho material. Nos sentamos a analizarlo y definimos algunos mensajes clave. Los validamos con los interlocutores calificados: Gerentes de Finanzas, de Nuevos Proyectos, de Marketing… o con el Directorio entero (validar es comprometer, a no olvidar).
En definitiva, tradujimos a palabras cercanas a nuestro público los conceptos que deben priorizar este año, no importa a qué se dediquen ni cómo decidan hacerlo. Todos los caminos deben conducir a la realización de los objetivos y los focos traducen esta estrategia. Diría entonces que sabemos qué decir. Ahora debemos preguntarnos: ok, ¿y cómo lo comunico?
Entran en juego los vehículos
Vehículo, dícese de un medio de transporte de personas o cosas. Aquello que sirve para conducir o transmitir fácilmente algo. Transporta. Transmite. Vendrían a ser como el «taxi» que nos lleva desde donde estamos hasta donde sabemos que queremos llegar.
Los vehículos pueden ser mediatos o inmediatos. ¿Cómo es esto? Como su nombre lo indica.
Para llegar a las personas podemos elegir vehículos «cara a cara» o vehículos que median entre la persona y el mensaje que se busca transmitir.
¿Cuáles son más efectivos? ¡Dependerá del objetivo! Los inmediatos son interpersonales, dan lugar a la pregunta, repregunta, incluyen la dimensión del lenguaje gestual, y, bien coordinados, permiten orientar la interpretación y no librarla al azar. Estos son, por ejemplo: los desayunos de trabajo o «cafecitos» o «mateadas» (dependiendo de la empresa en la que se implementen); las reuniones inter e intraequipos; los encuentros con el Directorio; los «on the job» y tantos más como nuestra imaginación y la de nuestros equipos proyecten (cocreación: un término sinérgico en materia de comunicaciones internas). Por su parte los mediatos, es decir un newsletter, un house organ, un mural, una cartelera, un folleto… y hasta los no tradicionales, que por su formato novedoso, sorprenden y amplían la receptividad de los destinatarios, también son súper efectivos pero cuando se busca dar a conocer o recordar sobre un tema.
¿Cuál es el mejor? ¿Cuál es el kit que mi empresa necesita? ¿Cuál es la fórmula mágica?
Acá la respuesta es simple: trabajamos con gente, con sujetos, no con objetos. Son personas que reflexionan, que cambian, que evolucionan (a veces gracias a nuestros aportes de comunicación interna!) y que, por ende, tienen necesidades diferentes y cambiantes.
La mejor solución será la que, previo diagnóstico, más se adecuará a las reales y profundas necesidades organizacionales (ni sólo a lo que nos diga la gente, ni sólo a lo que percibamos, ni sólo a lo que relevemos… sino a la suma de todo ello y más).
Cada empresa es única y cada solución debe también serlo. Quien acierte con la fórmula habrá conocido en profundidad su audiencia y la habrá sumado al área de comunicaciones internas, que debe ser un ámbito de coparticipación y gestión compartida.