¿El adiós también es Comunicación Interna?
Leyendo una nota de Diego Larrea Bucchi «Saber decir adiós a tiempo«, se nos ocurre reflexionar sobre el egreso de un colaborador como la última instancia de Comunicación Interna que a menudo resulta descuidada. Tomar la decisión de dejar ir a alguien no es fácil. Tampoco es sencillo comunicarle esta decisión al colaborador en cuestión.
Tenemos una lista inmensa de motivos que nos convencen para “no decir adiós”, uno más justificado aparentemente que otro, y las estructuras y la zona de confort se ríen a carcajadas de nuestras teorías. Y somos capaces de llegar al final de nuestros días con ese disfraz puesto, sin darnos la mínima oportunidad, creyéndonos hasta sacrificados e incomprendidos “héroes anónimos”. Hablemos claro: esta forma de decir adiós está directamente relacionada con nuestra cobardía, con la falta de amor propio, con aceptar las reglas del juego impuestas, poniéndonos una venda en los ojos. Es un adiós a las posibilidades de cambio, de crecer, de mejorar, de ser coherente con nosotros mismos. Es un “adiós- renuncia”, un “adiós-ceguera”, un “adiós-avestruz”, un “adiós- refugio”.
A veces también inventamos un: “hasta luego, un quizás, un a lo mejor”. Volvemos al pasado tratando de encontrar “algo” que nos libere del momento de enfrentar el Adiós, o al menos que nos permita dejar las cosas en stand by,”por si acaso”.
¿Qué podemos hacer quienes nos especializamos en Comunicación Interna en este tipo de situaciones? ¿Un despido siempre es ámbito del Área de Recursos Humanos o podemos asesorar a los involucrado en el dilema? ¿Es importante cómo se le comunica al colaborador la decisión tomada? ¿Es valiosa su opinión sobre la organización que deja? ¿Tenemos herramientas que ofrecer a de quien debe comunicarse con el colaborador que egresa?
El adiós también es liderazgo, coraje, innovación, renacimiento y también coherencia.
¿Será que el adiós también es Comunicación Interna?