Fiesta de fin de año: un espacio fundamental de Comunicación Interna
En Comunicación Interna siempre hay algo urgente o importante. Desde acciones “macro” (como planificar la estrategia), hasta actividades más pequeñas pero no por eso menos importantes (como responder ese mail que venimos demorando, armar el boletín semanal, organizar las carteleras, analizar los resultados de la última medición interna…). Y cuando quisimos enterarnos, ya estábamos cerrando el año. Como un torbellino entramos en el mes de diciembre, con todo lo que él implica: estamos en la época en la que hacemos balance, finalizamos proyectos, planificamos el año venidero y (¡finalmente!) tenemos nuestra merecida fiesta de fin de año.
¿Mero festejo o instancia comunicacional?
Si bien algunas organizaciones deciden realizar el evento con el único objetivo de celebrar un año más, otras lo hacen con el fin de motivar y reconocer al equipo por sus logros.
Ciertamente, se trata de un espacio fundamental para empapar de cultura organizacional a los colaboradores. Para dar un envión a los más antiguos y hacérsela sentir a los más recientes ingresos. No es necesario que sea Comunicación Interna el área responsable del evento. Sin embargo, sí es importante que participe de la organización del mismo para asegurarse de que todo lo que se haga y se diga esté en línea con el trabajo que se vino haciendo. Es decir, para realmente sacar provecho del evento.
“La fiesta de fin de año es muy importante en nuestra compañía. Es la única oportunidad que tenemos de encontrarnos, vernos la cara y tomar dimensión de nuestro crecimiento. Con la dispersión geográfica y la expansión de nuestras operaciones a otros países, estas fiestas se convierten en eventos clave para transmitir nuestra cultura.”, comenta uno de nuestros clientes.
Una fiesta de fin de año, además, implica la reunión de todos aquellos que forman parte de la organización. Por lo tanto, se trata de una oportunidad excelente de dar a conocer el negocio. Esto no significa que deba perder su tono ameno o divertido. Una buena idea, en este sentido, es brindar la palabra a los líderes, ya que se trata de un buen momento para reconocer los logros obtenidos a los largo de un año de trabajo y para comunicar lineamientos para el año siguiente. Nuestro rol desde Comunicación Interna, entonces, sería garantizar este espacio, asegurar que el tono sea coherente con el clima festivo (recordemos que es una fiesta por sobre todas las cosas) y colaborar con quienes vayan a pararse frente a toda la organización a ordenar sus mensajes y brindarles las herramientas necesarias.
Sin lugar a dudas, estos encuentros representan una buena inversión para brindar aire fresco al clima de una organización, alinear conocimientos y expectativas, y sumar mucho a la integración de los equipos. ¡A festejar!