¿Y por qué no hacemos un vídeo?
El medio audiovisual se está utilizando cada vez más en Comunicación Interna y, de hecho, puede ser un excelente vehículo para generar impacto. Pero claro, como en todo, es necesario considerar ciertos aspectos fundamentales para que el mismo logre el objetivo deseado.
Las claves del éxito
A pesar de muchas veces parecer un recurso desestructurado, en la instancia de generación de un vídeo ningún elemento puede quedar librado al azar. Por eso, es preciso considerar estas cinco claves para el éxito de un vídeo (independientemente de los temas técnicos, claro está, pero de ello se ocuparán los profesionales de audiovisual):
- Hace falta un guión. Tener por escrito y de antemano qué se va a incluir y qué no, sin perder el objetivo de lo que se quiere transmitir.
- Elegir muy bien al socio estratégico. Buscar un equipo de profesionales que sea capaz de sentirse parte de la compañía y comprometerse con sus objetivos durante el tiempo de producción, agregando valor desde su experiencia.
- Confiar en el propio criterio creativo. Luego, los expertos sabrán cómo traducir esas ideas al lenguaje audiovisual.
- Tener en cuenta que se trata de una inversión. Lograr los objetivos de Comunicación Interna y acercarnos a la aspiración de convertir a nuestros colaboradores en verdaderos agentes de cambio, no tiene precio. Por eso, una campaña de alto impacto es siempre una inversión.
- Menos es más. Un vídeo corto es la mejor herramienta para causar una buena impresión sin aburrir. De ahí que ante todo deba ser claro, conciso y al punto (3 minutos es prácticamente el máximo recomendado, considerando los hábitos de «lectura» en los tiempos que corren).
“En general, el cliente sabe lo que quiere comunicar. El objetivo está claro, pero no el ‘cómo’. Por eso hay que trabajar el guión en conjunto para llegar a una alternativa viable”, explica Andrés Olivera, realizador audiovisual del equipo de Vector C. Y agrega: “el tiempo es un factor importante para la creatividad y la producción. No se puede aspirar a algo muy bueno en pocos días”.
Un amplio alcance
Un vídeo es capaz de traer beneficios insospechados si está incluido estratégicamente en un ecosistema de medios. En un mundo donde toda la información pasa a través de las pantallas, este formato tiene mucho potencial para captar la atención de casi cualquier audiencia.
“Cada año producimos un vídeo para la fiesta de fin de año. Renunciamos incluso a mostrar un mensaje corporativo explícito, apuntando en cambio a hacer algo divertido. Todos los colaboradores tuvieron su oportunidad de participar de la filmación, y luego la pasaron de maravillas viéndose. En definitiva, el audiovisual tuvo un éxito rotundo y terminó transmitiendo nuestra cultura de forma implícita”, cuenta la gerente de comunicación de uno de nuestros clientes.
Pero, ¿qué función puede cumplir un vídeo en la Comunicación Interna? Son varias las respuestas, aunque no excluyentes. El vídeo es un excelente recurso para:
- Motivar
- Comunicar logros e hitos
- Introducir a la historia de una empresa
- Comunicar misión, visión y valores
- Transmitir un mensaje específico
- Generar integración
¿Actor o empleado?
A veces, es bueno permitir que las cámaras apunten hacia adentro. Verse “en la pantalla chica” seguramente entusiasme a muchos colaboradores (o al menos a aquellos no tan tímidos). Además, protagonizar una pieza comunicacional, formar parte de la misma, fomentará el compromiso con el mensaje. Ante este tema, Andrés Olivera sostiene: “Si el vídeo es para uso interno, es mejor que un empleado tome lugar del actor, porque así sentirá el vídeo como propio, para lo cual una buena opción es organizar una especie de casting interno. Los colaboradores pueden llegar a sorprender”.
¡Anímate a las cámaras! Los resultados pueden ser de lo más sorprendentes, divertidos y efectivos.