Información de negocio: comunicar lo “prohibido”
Nos gustaría comenzar este post desmitificando una cosa: la información de negocio no se trata (exclusivamente) de un gráfico o un conjunto de números. No son hojas y hojas llenas de cuadros complicados, sino que es algo mucho más amplio que esto; se relaciona con el rumbo de la empresa, hacia dónde va, de dónde viene y cuál es su presente.
Para responder a esas preguntas no basta con fórmulas matemáticas o estadísticas. Estas disciplinas ayudan a entender el panorama, por supuesto, pero no son suficientes ni lo abarcan de manera completa. Entonces, es hora de pensar qué otro tipo de información podemos comunicar relacionada con el negocio de las organizaciones.
¿De qué hablamos cuando hablamos de información de negocio?
Una publicidad en el aire. Un nuevo lanzamiento. Proyectos futuros, objetivos, resultados. Un récord en la cantidad de pedidos. La incorporación de nuevas tecnologías que permitirán mejorar la capacidad productiva. Innovaciones. Una asociación con otra empresa. La apertura de un nuevo local. El desembarco en una nueva región. Una nueva unidad de negocios. Un cambio en la modalidad de venta o una nueva estrategia de marketing. Esto también es información de negocio que toda persona que forme parte de la empresa tiene derecho a conocer.
Es inocente pretender que alguien se comprometa con su trabajo si no sabe de qué está formando parte. ¿Para qué estoy trabajando? ¿A dónde fue mi trabajo? ¿Ayudé con lo que hice en estos meses a conseguir los objetivos de la empresa? Desconocer la información de negocio es casi como trabajar a ciegas, en un compartimiento estanco. No es lo mismo pensar que estamos picando piedras, que construyendo una catedral. Todo depende de lo que estemos comunicando. Y, otra vez, todo es comunicación.
Sin embargo, las empresas son muy reticentes a compartir este tipo de información, principalmente porque muchas tienen aún el pensamiento de que “información es poder”. Y, también, porque siguen creyendo en el mito de la exclusividad de los números. En algo tienen razón: los números, por sí solos, se leen de acuerdo con el contexto del receptor. Por eso es tan importante que entre los números y las personas, medie la CI.
¿Por qué es importante comunicar las novedades de negocio?
Las empresas constantemente hacen este trabajo (de hecho pagan fortunas a agencias de PR para asegurarse un lugar en las notas de mercado). No solo quieren comunicar, sino que también tratan de tomar ellas “la posta” en la comunicación externa, y ser la voz “oficial”. Porque que hable alguien “desde adentro” suele sentirse siempre más real y cercano que una publicidad o que el mismo marketing. Una gestión de prensa bien hecha tiene más credibilidad que una comunicación institucional o una publicidad.
Realizar este tipo de comunicaciones externamente permite a consumidores y accionistas conocer el rumbo de la compañía (al hablar de performance, de valores, de visión). Además, construye en forma estratégica, planificada, la imagen y la reputación de la misma, uno de sus activos más valiosos. La posiciona como más cercana, real, creíble y transparente. Finalmente, potencia su posicionamiento en términos de employer branding.
Sin embargo, este tipo de difusión de la información no suele realizarse puertas adentro. ¡Es hora de revertirlo! Comunicar información de negocio entre los propios equipos los incluye, los motiva, facilita sus decisiones diarias. Les permite ver a la compañía en su conjunto, entender mejor las decisiones que se toman y adaptarse a los cambios. Genera un clima de confianza, facilita el intercambio de información vital y, así, mejora la productividad. Finalmente, evita la viralización de información errónea (el llamado “radiopasillo” o, en su versión 2.0, “whatsappasillo”).
Algunos testimonios en Latinoamérica
“La gente es temerosa a publicar las cosas por si hay errores”. Este es el motivo por el cual, según un responsable de CI de la sede de Chile de una importante empresa, no se comparte este tipo de información puertas adentro.
“Nos cuesta mucho trabajo que nos compartan información de negocio, incluso datos en general. Yo me acerco a las áreas, me siento con ellos, pero a veces no hay mucha respuesta”, opina una analista de CI de una empresa cosmética en México.
“Tenemos que saber identificar el tipo de información de negocio, porque algunas son muy sensibles y las áreas no suelen compartírnoslas” nos cuenta un colaborador de Perú.
Es tiempo de salir a comunicar. Dejemos de hacer que la comunicación interna sea cosmética, un mero adorno o decorado, reservorio de notas de color, para que pase a ser estratégica. Para que acompañe el rumbo que los directivos (o la coyuntura) hayan marcado. Solo así lograremos derribar el mito.