Comunicación de género: ¿un tema exclusivamente femenino?
Hoy queremos reflexionar un poco acerca del caso de Laura Visco, una exitosa mujer que, paradójicamente, es directora creativa de una de las marcas que más críticas por “machismo” ha recibido en los últimos años (cuando el movimiento feminista aún no se hacía oír tanto): Axe. Porque con Laura a la cabeza (y ocupando un puesto al que solo un 3% de las mujeres accede -ya que estamos lo hacemos notar-), de un tiempo a esta parte esta marca ha estado buscando otras formas de comunicarse y de renovar su voz.
“Si la publicidad no dice algo verdadero, no funciona”, dice Visco. Y hoy lo verdadero es que las cuestiones de género están pisando demasiado fuerte como para que el discurso de ciertos productos (o de ciertas empresas) siga siendo el mismo. Nos gusta traer el tema a colación porque si bien se trata claramente de Comunicación Externa, todo lo que piensa la creativa sobre la forma de comunicar las cosas puede ser perfectamente aplicado a la comunicación dentro de las organizaciones. En CI también tenemos que romper paradigmas y pensar siempre en nuestro público intentando salir de lo establecido, que según ella les impide a las mujeres crecer “hacia arriba”, y a los hombres “hacia dentro”, ya que no les permite estar en contacto con sus sentimientos ni mostrar debilidad. Es decir: los temas de género nos afectan a todos.
Deberíamos tenerlo en mente cada vez que creamos una campaña de Comunicación Interna, una idea creativa, un diseño, un discurso: al intentar abarcar cuestiones de género, pensar que esta “mini cárcel” encierra tanto a hombres como a mujeres (aunque no de la misma forma). Por eso, es importante salir de los estereotipos a la hora de realizar nuestras comunicaciones (ya sean formales o informales, en nuestras conversaciones diarias de pasillo). Desde evitar comentarios sobre la vestimenta de las mujeres, hasta bromear con que los hombres no pueden llorar ni las mujeres tener actitudes “varoniles”. Porque desde nuestros discursos (tan incorporados), muchas veces favorecemos a que estos estereotipos continúen existiendo.
Si esto siguiera así, nos sería muy difícil conectar los objetivos de la empresa con los de los colaboradores: ¿cómo hacerlo, cuando la organización desde su Comunicación Interna emite mensajes sin tener en cuenta estos temas de género? ¿Podrá una persona realizarse en su trabajo al 100%? ¿Podemos conectar con nuestro público interno si no tenemos en cuenta esta necesidad de las mujeres de querer crecer también hacia arriba, además de hacia adentro (y viceversa para el caso de los hombres)? El cumplimiento de los objetivos organizacionales solo se darán en la medida en que estos incluyan los objetivos de las personas que trabajan para ella.
Las empresas, como recorte de la sociedad, muchas veces no son conscientes de los mensajes que difunden (hacia adentro y hacia afuera). Pero hoy esta sociedad está cambiando, y son las primeras que deberían tomar la batuta y dar el ejemplo. ¿Queda muchísimo por aprender sobre este tema? Por supuesto. ¿Estamos dispuestos a hacerlo? Esa es la pregunta clave.