Café con amigos: Carolina Baliño
¡Buen día Caro! Gracias por el madrugón, somos tempraneras. No te invito a un café porque sé que sos más del mate, y en esta sección no discriminamos. Fijate, ¿tenés todo lo que necesitás? Hay yerba, azúcar, edulcorante, agua caliente y algunas facturas. Para no dejarte sola, hoy cambio mi preciado café para sumarme a tu ronda.
Esto me da el pie para preguntarte sobre un tema que viene resonando mucho últimamente, y no sé si es una moda pasajera o si debería convertirse en una actitud. ¿Qué pensás sobre la gestión del cambio?
Es la capacidad que todos tenemos de cambiar nuestra manera de pensar decir y hacer en un entorno cada más acelerado, volátil, incierto… Líquido… como dice Bauman.
La vida es cambio. Nosotros somos cambio. Todas las mañanas nos reinventamos y nos reilusionamos para surfear un mundo de cambios (como vos adaptándote ahora al mate, por ejemplo).
Bueno, todo es cambio, pero cuando buscamos gestionarlo es porque asumimos que se trata de algo más profundo que cafeína o mateína ?. ¿Cuál sería el ABC de esta gestión profesional del cambio?
En este caso, el A-B-C es un “L-R-C”:
– Liderazgo, entendido como el coraje de tomar decisiones e impulsarlas.
– Tener claros los revulsivos del cambio que deseamos.
– Comunicar, comunicar, comunicar. Para armar alianzas, para entender el rumbo, los desafíos y mitigar la incertidumbre mientras avanzamos y hacemos que el cambio suceda.
¿Y hay alguna clave, más allá de cumplir con esos pasos, para que el cambio se dé?
Obvio, la clave -como siempre- son las personas con su capacidad única de comunicación estratégica transversal, como hilo conductor, como vehículo del liderazgo. Como herramienta de gestión estratégica clave.
Pero la clave también es la Comunicación Interna en los procesos de cambio. Es el ADN de las relaciones con nosotros mismos, con los demás y con el mundo… me animo a decir que sin una planificación estratégica de la comunicación, las organizaciones no “hacen”.
Hablando sobre organizaciones -esta vez que sí “hacen”-, ¿qué casos exitosos conocés que hayan emprendido el desafío de cambiar?
Mi experiencia me hizo transitar grandes proyectos como lo fueron HSBC, Banco Macro, BCP Peru, y lo mágico de las pequeñas empresas que están pegando el salto en la industria de la tecnología, consumo y metalurgia nacional.
Te noto apasionada por el tema…
Es que los cambios son la sal de mi vida. El primer cambio que recuerdo disruptivo fue en mi infancia, en tercer grado del colegio. Hice mi inicio escolar en el campo, en Olavarría, a 400km de Buenos Aires, en un colegio con 10 alumnos que era un vagón de tren… las familias del lugar luchaban por hacer de ese vagón un colegio para sus hijos (lo lograron varios años después) y a los 9 años mis padres me pasaron al colegio privado más prestigioso de la ciudad. Ese fue indudablemente mi primer gran contacto con “el cambio”.
¿Podemos buscar más información sobre el cambio en algún libro que sepas que está bueno?
¡En tantos! Propongo los de Bauman, Kotter, Toffler, Kubler Ross… hay que entender por qué las organizaciones deben cambiar. ¡El mundo está transitando una nueva revolución!