¡Hacer foco!

FOCOS
¿Nunca nos han dicho «hacé foco»; «focalizá»; «enfocá»?
¿Le dimos a esas frases el valor que la acepción de la palabra tiene?Foco, según la Real Academia Española, entre otras definiciones relacionadas con la concentración de la luz, es «Lugar real o imaginario en que está como reconcentrado algo con toda su fuerza y eficacia, y desde el cual se propaga o ejerce influencia.»Bien. Acá quería llegar.
En Vector (C) consideramos que los focos son los temas clave de la Organización. Pero no nos detenemos en eso, porque los temas clave de la Organización están directamente relacionados con los objetivos del negocio. Es decir que los focos traducen a un lenguaje «universal» aquello que en las altas esferas puede sonar técnico o difícil.
¿Por qué nos tomamos el trabajo de «traducir»? Porque queremos que todos los colaboradores de la Organización o Compañía transpiren esos mensajes clave, los hagan carne, los internalicen. Y actúen en consecuencia.
De esta manera podrán tomar decisiones alineadas con los objetivos corporativos, en cada cosa que hagan o piensen, digan o sientan. Y ya sabemos que si logramos este efecto sinérgico entre todos los colaboradores de una Empresa, no hay quien la detenga.
Entonces, vincular lo que se debate como prioridad organizacional en la mesa del Directorio, con el quehacer diario de cada colaborador, es fundamental para que los resultados previstos o esperados, puedan hacerse realidad.
¿O no es más sencillo para mi decidir entre dos opciones si sé que mi objetivo es uno en particular?
Veamos un ejemplo cercano a todos: las vacaciones. Planeo hacer un viaje al exterior. Es mi prioridad. Voy a visitar a familiares que festejan sus bodas de oro y lo he estado orgnizando desde hace tiempo.
Surge la posibilidad de comprar un auto. Lo necesito, me facilitaría mucho la vida. El tránsito urbano está cada día más complicado…
Mis opciones son: retirar parte de mis ahorros para embarcarme en la compra de un auto o dejarlos ahí y seguir firme con mi objetivo de viajar al viejo continente.
Si mi prioridad está clara, tomar la decisión no me va a costar mucho. Si no tuviera un «norte», elegir sería más complicado. Si encima tenía pensado viajar con una amiga y ésta tomara contínuamente decisiones alejadas al objetivo que tenemos en común, la realización del viaje parece estar lejos de concretarse…
Este ejemplo de la vida personal se hace aún más visible en una empresa, donde la convivencia entre mucha gente profesional, con oficio o responsabilidades diferentes debe tener un objetivo en común, establecido por quienes llevan adelante la compañía.
¿Y cómo hacer para que todos se alineen? Empecemos por el principio y démosles a conocer el objetivo. Adaptémoslo a sus realidades, a su gestión diaria. Expliquémosles y cerciorémonos de que han comprendido. Preguntemos y repreguntemos. No busquemos acuerdo, pero sí compromiso.
Una vez determinados los focos (idealmente en conjunto con el CEO -un motivo más por el cual estar cerca es muy bueno!-), éstos deben entrar en un sistema de canales de lo más variados: verbales (reuniones, eventos), escritos (medios internos: cartelera, revista, Intranet, etc.), pensados (el compromiso individual de los colaboradores) y mantenerse en circulación.
Y volver. Volver para comprobar que se han comprendido. Volver para medir su efectividad. Volver para reforzar los puntos débiles. Volver para saber cómo están siendo internalizados y cuál es el grado de aplicación al día a día que estamos logrando.
Volver para que el CEO y su Directorio sepan que la comunicación interna conecta a los colaboradores con los objetivos de la organización. Y que es una aliada estratégica. Un amortiguador de crisis y un potenciador de buenas noticias. Pero por sobre todo, un transmisor de directivas organizacionales, que mantienen vivo al negocio.
Artículo escrito por Vanina Wild.
vanina.wild@vectorc.com
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