La Comunicación Interna en las pequeñas y medianas empresas
Quien haya trabajado alguna vez en una PyME, conoce del esfuerzo y del compromiso de sus colaboradores. Sabe que ese amor por la empresa no se siente en cualquier tipo de organización. Y también sabe que, si bien de la puerta para afuera uno saldrá a defenderla con uñas y dientes, también hay muchos procesos por mejorar. ¿Adivinen qué? BINGO. Varios de esos procesos son comunicacionales.
Las PyME tienen este plus de la cercanía, la unión y la colaboración. Los colaboradores se acercan a la oficina del dueño y hablan de sus problemas directamente con él, sin pasar por intermediarios. La comunicación es casi exclusivamente cara a cara (en esto le llevan siglos de ventaja a cualquier multinacional). Cuentan con valores por lo general muy arraigados, que si bien no siempre están plasmados oficialmente o por escrito, son reconocidos por todos y se trabaja de acuerdo con ellos. De hecho, en los valores de una empresa de este tipo suele residir el éxito de la misma. Sin embargo, muchas cosas se hacen con las mejores intenciones, pero no siempre de la manera idónea. A continuación incluimos algunos ejemplos, motivos por los cuales no debería dejarse de lado el rol de la Comunicación Interna.
Los canales internos de comunicación suelen ser inexistentes o no oficiales. Cada problema se resuelve ad hoc, a medida que va surgiendo. A algunos colaboradores se los felicita por su cumpleaños y a otros no, porque la vorágine de las tareas diarias atropella aún al más organizado. Los reconocimientos por un buen trabajo, a veces, pasan desapercibidos. El sentimiento de pertenencia no siempre se logra transmitir, porque si bien hay cercanía, con eso solo (si bien es muy importante) no siempre basta. Los valores, tan fuertes en muchas PyMES, en algunas oportunidades se van perdiendo a medida que se renuevan las generaciones.
Para bajar los índices de rotación, fortalecer los vínculos, incrementar el sentido de pertenencia, armar un verdadero equipo humano, es importante informar a los colaboradores de la marcha del negocio, de qué se espera de ellos, reconocerlos, siempre en línea con los valores y la misión y visión de la compañía. Es allí donde debe intervenir la Comunicación Interna.
Frases como “Es una empresa chica… no necesitamos invertir en Comunicación Interna”, o “Estoy sentada a 50 cm de mi compañero más cercano, y a 3 mts. del más lejano. Me pongo de pie y listo” son las primeras que seguramente escucharemos al plantear la importancia de la CI en una pequeña y mediana empresa. Sin embargo, también nos encontramos muchas veces intentando resolver las cosas a las apuradas, que podrían haberse previsto y organizado. Que la urgencia del día a día no nos gane.
Que la Comunicación Interna deje de ser una asignatura pendiente.
Si te interesa profundizar en el tema, compartimos en este link el artículo que la autora del presente posteo (de nuestro equipo de Argentina) publicó en la revista DIRCOM hacia fines del año pasado.