Comunicar mejor: diagrama para gestionar la comunicación interna
Sabemos que comunicación interna es TODO: son los mensajes en su conjunto, formales e informales, orales, escritos y actitudinales (cómo me relaciono, en qué tono converso, qué sentimientos generan, los pensamientos que existen en la oficina, el rol de cada persona, las responsabilidades, el conocimiento que tengo, qué comparto, qué digo y qué no digo). ¿Cómo hacemos, entonces, desde un área (a veces ni siquiera eso), para abarcar esta inmensidad de comunicaciones? La pregunta del millón tiene una respuesta: el hecho de contar con una metodología permite ordenar este gran TODO, desmenuzar lo que sucede, decidir por dónde comenzar y luego analizar cómo seguir. Porque, como siempre decimos, la Comunicación Interna es TODO, pero también se puede abordar estratégicamente para que sea un exitoso TO DO.
Gestionar correctamente la comunicación interna implica, desde nuestro punto de vista, una mirada integral. Un enfoque 360°, amplio y abarcativo. En Vector C llamamos a nuestra metodología de trabajo “Diagrama de gestión”. El mismo nos permite encontrar dónde está la punta de la cual tirar para empezar a desanudar este gran ovillo que es el universo de la comunicación interna, con el propósito de conectar el objetivo de la organización con todos sus miembros, del primero al último, para que estos se transformen en agentes de cambio, que generan retorno a la organización. En la medida en que eso ocurra, será exitosa nuestra gestión. Pero para lograr este vínculo primero debemos estar de acuerdo con los mensajes principales (focos) y luego elegir los vehículos que creemos mejores para transmitirlos.
Los mensajes que demos a conocer transitarán dos zonas: la de lo tangible, con vehículos mediatos (en donde prima la palabra escrita) y el campo de lo sensible que tiene que ver con la palabra oral, con los vehículos inmediatos, en donde la persona a cargo de la CI es un agente que interactúa a la par de toda la nómina. En esta zona es donde más preponderancia toma cada persona como protagonista responsable (o irresponsable) de la comunicación interna.
Una vez que transitamos ambas zonas decimos que cada persona es potencial agente de cambio: lo será solo en la medida en la que pueda conectar con la razón de ser de su empresa, comprender qué le ofrece ésta y qué tiene para ofrecerle en retorno. Es en este ida y vuelta en el que se realiza el objetivo organizacional y en el que cada quien se realiza como colaborador o colaboradora de la empresa. Solo ahí aparece el retorno, la milla extra, el valor agregado del colaborador a esos objetivos; únicamente en la medida en la que se lo apropie y se sienta “parte de”. Cuando logramos esta conexión, este círculo virtuoso, podemos salir a medir el éxito de nuestra gestión.
En publicaciones anteriores hemos ido mencionando cada una de las partes principales de las que se compone nuestra metodología. La siguiente imagen es la síntesis visual de cómo se relacionan e interaccionan cada uno de los elementos que permite una gestión integral de la comunicación interna. Ya sea que se requiera solamente una medición puntual, el diseño de un afiche por una fecha especial o la redacción de un newsletter, nuestro diagrama de gestión siempre estará presente en su conjunto, porque así concebimos la comunicación interna en Vector C: un proceso integral.