Evento de fin de año: ¿un espacio de comunicación interna?
¿Te suena esta escena? El año avanza entre planificaciones estratégicas, newsletters, encuestas de clima, focus groups y esos mil emails que parecen multiplicarse solos. De repente, miramos el calendario y… ¡es diciembre! Entre cierres, balances y planificaciones del año próximo, hay una pregunta que a esta altura del partido no podemos eludir: ¿Estamos planificando nuestros mensajes? ¿Se hablará en el evento de cuestiones alineadas a nuestro plan CI para que la misma lógica con la que hemos venido trabajando se respete y se pueda cerrar «con moño»? En otras palabras, ¿estamos considerando al evento de fin de año como un espacio de comunicación interna estratégico?
Los números no mienten
Uno de los relevamientos más actualizados que hemos encontrado es del año 2023 (Mercer), en el que participaron 443 personas. Los resultados de ese entonces indicaron que el 46% realizaría un evento de cierre de fin de año (y un 39% adicional estaba en dudas sobre si hacerlo o no). Solo un 15% sabía que no lo haría.
Entre 2023 y 2024 se llevó a cabo otro estudio (específicamente en Reino Unido) que reveló que el 77% de las personas encuestadas consideran el evento de fin de año como el más importante de todos. Es decir: lo esperan con ansias. ¿Por qué? Estos números de 2024 de un estudio australiano pueden arrojar algo de luz sobre los motivos: un 85% manifiesta que los eventos de fin de año tienen un impacto positivo en la moral y la motivación de los equipos.
Esto último coincide con un relevamiento ya viejito, de 2015, pero que nos habla de algo similar: mientras que un 40% de las empresas decía organizar su evento con el objetivo de festejar un año más –es decir, como mera celebración y despedida de año-, un 30% también lo hacía con el fin de motivar y reconocer al equipo por sus logros a lo largo del año. Es este último objetivo el que nos parece más interesante.
Los eventos siguen vigentes (pero evolucionan)
Más allá de si los datos al día de hoy están o no desactualizados, los números indican que los eventos corporativos de fin de año (por suerte) no han desaparecido, sino que, como todo, se han reversionado. No todo es fiesta y gran salón, sino que hoy muchas organizaciones eligen experiencias más íntimas, con menos despliegue, luces y pompa, y más contenido de calidad.
Sea en un restaurant, bar o lugar de eventos, las fiestas de fin de año corporativas siguen siendo un espacio fundamental para empapar de cultura organizacional a los equipos, darle un envión motivacional a las personas más antiguas de la nómina y hacérsela sentir a los más recientes ingresos. No resaltar la cultura de la compañía en este tipo de eventos sería desaprovechar una enorme oportunidad que tiene el área de comunicación interna de estar frente a todas las personas que colaboran con (y trabajan para) nuestra organización.
3 claves para aprovechar estratégicamente el evento desde CI
1. Participación de CI: estrategia, no logística
No se trata de que el área de comunicación interna organice la fiesta, sino de que asegure la coherencia comunicacional. Participar en la planificación garantiza que cada mensaje esté alineado con la estrategia anual. En otras palabras, nos asegura que todo lo que se haga y se diga esté en línea con el trabajo que se vino haciendo a lo largo de todo el año. Porque una fiesta de fin de año implica la reunión de todos aquellos que forman parte de la organización y, por lo tanto, se trata de una oportunidad más de orientarla hacia el negocio. Y esto nos lleva al segundo punto.
2. La palabra del liderazgo
Según nuestra Pirámide de Habilidades ©, comunicar el norte y los objetivos es una responsabilidad fundamental del liderazgo, así como la visibilidad en momentos clave. Por eso, el discurso de fin de año debe reconocer logros concretos, conectar con la estrategia del año que viene y mantener un tono ameno pero con propósito. ¡Importante! Que hable el liderazgo no significa que el evento pierda su tono ameno o divertido, ni que nos pongamos a hablar de números o gráficos.
3. Coherencia todo el año
El evento no puede ser una isla desconectada de todo lo trabajado durante el año. Cada elemento -desde la decoración hasta las actividades- debe ir en línea con la identidad, cultura y valores de la organización. Porque si todo comunica, no se puede dejar el evento «más importante del año» (como dicen los números) sin pensar en la cultura de la organización a la que está celebrando.