Líderes, cultura, motivación y comunicación
¿Cuál es el rol principal de un líder? ¿Inspirar, mentorear a quienes tiene a su cargo, tomar decisiones…? En artículos anteriores publicados en este mismo blog hemos reflexionado acerca de los roles comunicacionales de los Decisores. Sin embargo, en esta oportunidad la revista Les Eco publicó hace algunas semanas un artículo que hablaba acerca de la importancia de otra de las responsabilidades que cualquier líder debería poseer: el poder de motivar a sus equipos. En relación con este tema, mencionaba cuatro competencias específicas que los managers deberían trabajar para dominar este arte:
- La comunicación es un proceso interactivo que empieza y termina por la escucha, no por la transmisión del mensaje.
- Compartir información. Un colaborador no informado es un colaborador no comprometido. Nada puede esperarse de él, o mejor dicho, nada se le puede exigir, si no nos aseguramos que comprenda el porqué de lo que hace.
- Reconocer del éxito. Las instancias de feedback, sean formales o informales, no solo existen para implementar acciones correctivas sino también para mostrar que se va por el buen camino.
- Tolerar el fracaso. Olvidar el “yo lo hubiera hecho mejor” y ayudar a los equipos a lograr las correcciones necesarias para mejorar en el futuro, con una perspectiva de aprendizaje conjunto, de equipo.
Como vemos, todos los puntos, pero especialmente los tres primeros, son competencias comunicacionales, 100% vinculadas con la Comunicación Interna. La motivación no está asociada solamente a beneficios materiales (ya sean remunerativos o no), sino que principalmente se vincula con la cultura organizativa: una cultura encarnada por los comportamientos y actitudes de los líderes. Por este motivo, ellos son un factor clave a la hora de motivar a sus equipos. Y por ende, el rol de la Comunicación Interna es fundamental.
Como si esto fuera poco argumento, en una reciente encuesta se obtuvo que un tercio de los empleados creen que sus jefes afectan negativamente a la cultura de su organización, y que la comunicación es el área principal en la que deberían mejorar. Ya no hablamos los consultores, ¡hablan los empleados! ¿Estarán dispuestas las empresas a escucharlos?