Lo importante, ¿es resistirse?

Hacia fines del año pasado (qué lejos quedó, ¿no es cierto?), publicábamos en nuestro blog una de las entradas que más visitas recibió en 2016. Hablaba sobre el feedback y su importancia dentro del proceso de Comunicación Interna, para mejorarlo, aceitarlo y generar un mayor crecimiento y confianza personal y profesional.
Cuando conversamos con nuestros colegas (ya sea en conferencias, foros, en empresas con clientes o en desayunos de trabajo), todos coinciden que en un 100% de los casos el feedback es una herramienta importante, potente y valiosa. Sin embargo, como sabemos, del dicho al hecho…
Lamentablemente, con más frecuencia de la que nos gustaría se da en las organizaciones la resistencia al feedback. Esto se materializa de varias maneras: con berrinches (con corbata, por supuesto, pero berrinches al fin), quejas, puesta en duda de su efectividad, mencionándolo como pérdida de tiempo… o haciéndolo “para sacárselo de encima”.
¿Qué sucede cuando los Decisores se niegan sistemáticamente a dar feedback a sus equipos? En relación a este tema, e intentando contestar la pregunta, nos cruzamos con este artículo escrito por Andrés Hatum para La Nación. Nos pareció pertinente compartirlo por la importancia del tema, y dada la problemática, aparentemente más usual de lo que uno pensaría a priori. Justamente ayer, en una reunión dentro de una importante multinacional, nos comentaban el malestar que había dentro de la organización debido a que los líderes se resistían a pasar por esta instancia. Otros, bien predispuestos, no sabían hacerlo correctamente. Y un tercer grupo, lo hacía a desgano, mecánicamente, sin profundizar verdaderamente en lo que cada colaborador puntual necesitaba escuchar para poder desarrollarse y mejorar en sus tareas.
¿Pasamos del dicho al hecho? El trecho no es tan largo como nos hicieron creer. Solo es cuestión de concientizar a los líderes de la importancia y beneficios del proceso, y a los colaboradores para que reclamen lo que es su derecho. Día a día.