Los líderes y las redes sociales
“Los líderes son indispensables para una buena Comunicación Interna”. “Sin el apoyo de los directivos es imposible llevar adelante una estrategia comunicacional exitosa”. “Los Decisores son la clave de cualquier plan de CI”… ¿Cuántas veces hemos escuchado esta misma frase, en todas sus acepciones? Seguramente, muchísimas. ¡Porque no deja de ser cierta!
Entonces, la pregunta que sigue es… ¿qué pasaría si los líderes no nos ayudaran a la hora de generar un hábito comunicacional? Un estudio de Lecko-OpinionWay de hace ya algún tiempo demostró que el 75% de los managers no hace uso frecuente de las redes sociales internas que las empresas intentan (no siempre con éxito, evidentemente) imponer como nuevo canal de Comunicación Interna. Por supuesto, si los líderes no dan el ejemplo, mucho menor índice de utilización podremos esperar por parte de los colaboradores. En aquel entonces, el 58% de las grandes empresas encuestadas contaban ya con la contratación de redes sociales internas, y otro 26% estaba planeando adquirirlas en un futuro cercano. Si en estas organizaciones solamente un cuarto de la gerencia “colabora” con la estrategia que propone el área CI, ¿cómo pretender, entonces, que el resto de los colaboradores sí incorpore el hábito?
A la hora de mirar números, no podemos quedarnos simplemente en la cantidad de perfiles creados: si bien casi todos los colaboradores de estas empresas tienen uno (muchas veces generado por default por el área de IT), los índices demuestran casi un 50% de pasividad en la interacción en las redes. ¿Los motivos? Según Jean Pralong (psicólogo e investigador en el área de los Recursos Humanos), los colaboradores no terminan de confiar en la calidad y veracidad de las comunicaciones que se publican en estas redes, y “temen ser evaluados en la calidad o cantidad de sus contribuciones”. Es decir, prefieren no exponerse a ser “juzgados” por lo que digan por parte de sus jefes directos u otros directivos.
Posibles soluciones
Por supuesto, previamente a cualquier lanzamiento es fundamental concientizar a los líderes acerca de la importancia de la decisión de contratación de esta herramienta. Esta sensibilización no se logrará con una mera campaña mediática (afiches o bombardeo de mails), sino que, como la palabra lo indica, deberemos tocar la fibra sensible de las personas: será necesario escucharlos, ver qué impedimentos encuentran a la hora de hacer uso de las herramientas y buscar una forma de resolverlos. Convencerlos de la importancia de su implicación es la parte más importante.
En segundo lugar, continuar por pequeños grupos que “testeen” la herramienta antes de que sea lanzada masivamente puede ser una buena idea. Tener aliados en cada sector que alienten su uso dentro de sus equipos, siempre sumará a la campaña comunicacional que se esté implementando. Se tratará en este caso no de líderes formales (según el organigrama) pero sí de aquellas personas escuchadas por sus grupos, reconocidas o admiradas.
En tercer lugar, así como salimos a escuchar a los líderes, también es fundamental salir a escuchar a todos los colaboradores. ¿Tienen realmente los temores expresados por Pralong? ¿Por qué piensan que serán juzgados? La escucha tanto de los líderes como del resto de la pirámide nos dará un punto de partida claro para orientar nuestras comunicaciones, con el fin de lograr una participación más activa en las redes sociales internas, y capitalizar la (seguramente importante) inversión presupuestaria que se haya hecho.
Por último, y complementando los dos puntos previamente mencionados, se necesita a un community manager interno, entrenado en la tarea, en el lenguaje y en la forma de interactuar de las redes. No todos los comunicadores poseen estas habilidades, por lo que será necesario adquirirlas, o, caso contrario, asignarle el rol a alguien del equipo que las posea. ¡Un buen CM debería motivar a los colaboradores a participar y a interactuar! Una vez que esto sucede, la mitad del trabajo estará hecha.