el uso de vídeos en comunicación interna

¡Pónle play!

¿Cómo generar un mayor impacto en el mensaje? ¿De qué manera hacer ágil y dinámica una explicación larga y tediosa? ¿Qué puedo hacer para involucrar aún más a los colaboradores en un determinado proyecto? ¿Existen alternativas a las reuniones presenciales? WOW. Muchísimas preguntas. Pero solo dos respuestas aplican a todos los interrogantes por igual: “Sí”, y “Un vídeo”. ¡Sobre todo en tiempos en los que nos encontramos aislados uno del otro!

El éxito de YouTube, la incorporación de vídeos a las redes sociales, las historias de Instagram (que salvaron a la aplicación del olvido) son solo una muestra que sirve como prueba de la potencia de este canal de comunicación. Todas las empresas utilizan los vídeos de alguna u otra manera para darse a conocer (en publicidades televisivas o anuncios en internet, en sus redes o en otras acciones de branding). Los colegas de Marketing ya hace rato que comprendieron su potencial a la hora de generar acciones B2B, prueba de ello es el incremento del 64% en la producción de comunicaciones audiovisuales realizadas en 2019 versus las generadas en 2018*. ¿Y nosotros aún no lo hemos incorporado a nuestra estrategia de CI?

Aplicaciones del video en comunicación interna

A priori la comunicación audiovisual puede parecer un desafío: es más difícil de producir, requiere un mayor presupuesto y lleva más tiempo (aunque esto hoy día es relativo si apelamos a la creatividad y a los diversos recursos gratuitos que nos ofrece internet). No vamos a negarlo, PERO (sí, traemos un pero, o varios) estamos convencidos de que el impacto de un vídeo, si lo comparamos con una comunicación escrita tradicional, es infinitamente superior. 

Dicen Joan Cuenca y Laura Verazzi en su último libro “CI Total”: “Es un tipo de recurso muy potente. Genera la sensación de realismo, heredado de la fotografía primero y de la pantalla grande o pequeña después. Este efecto de realismo, entonces, opera sobre un relato que toca muy de cerca al empleado porque se trata de la empresa en la que trabaja. Un impacto tan efectivo que hasta está, muchas veces, protagonizado por el propio colaborador. Plantea el efecto de indicio del «yo estoy o he estado ahí» o «ese que conozco ha estado ahí» y, por lo tanto, resulta creíble”. Entonces, en ciertos momentos realmente vale la pena ponerse a pensar si producir un vídeo no será conveniente. A continuación, mencionamos solo algunos de los usos en los que creemos que un lenguaje como este marcan la diferencia:

Cultura. La transmisión del ADN de una empresa se genera de mil maneras, pero puede potenciarse con un vídeo explicativo de valores, misión, visión y propósito en el que idealmente participen los propios colaboradores, como abanderados de la cultura corporativa. Esta herramienta puede ayudarnos a comprender las formas de ser y de hacer de la organización -o a reforzarlas- a través de los distintos mensajes explícitos y simbólicos que se transmitan, siempre y cuando (claro está) sean coherentes con lo que se vive diariamente.

Aprendizaje. Basta de procesos engorrosos en manuales pesadísimos que (seamos realistas) pocos leen de principio a fin. La generación de un vídeo explicativo puede agilizar estas instancias de aprendizaje de manera sencilla, mostrando el paso a paso a través de un relato dinámico y fácilmente comprensible. ¿Por qué? Porque el cerebro procesa la información visual 60 mil veces más rápido que la información escrita. Faaa.

Capacitación. Cada vez son más las organizaciones que poseen módulos de capacitación on line en lugar de presenciales, en donde a través de una plataforma, los colaboradores tienen la oportunidad de entrenarse por medio de vídeos explicativos (de nuevos procesos, del uso de aplicaciones o de contenido general relacionado con el puesto laboral). Si bien se requiera tal vez de una inversión inicial importante, la herramienta servirá luego a futuro para todas las capacitaciones relacionadas con el tema sin la necesidad de organizar workshops presenciales (con los costos que esto implica) y sin restricciones en cuanto a cantidad necesaria de participantes.

Onboarding. El proceso de bienvenida a los nuevos talentos es fundamental en toda organización que trabaje fuertemente la atracción y retención de los mismos (es decir, en su marca empleadora). El vídeo es una herramienta de bienvenida fuerte para inspirar al ingresante y conectarlo con su nuevo entorno de trabajo de una manera amigable: recordemos que un nuevo colega necesita conocer caras, nombres, procesos, cultura, negocio, estrategia, clientes y un sinfín de datos más. ¿Acaso vamos a darle un bibliorato en su primer día? Se da media vuelta y se va por donde entró.

Protagonismo. ¿Buscas que los colaboradores participen de una acción? ¡Comienza por hacer que sean las estrellas del vídeo que la promueva! Verse en pantalla (o ver a tus colegas y amigos) es un propulsor muy fuerte que anima y motiva a las personas a realizar lo que se esté proponiendo en la comunicación, y a creer en ella (tal como mencionamos en la cita unos párrafos más arriba).

Cercanía. Este punto lo dejamos para el final, porque sabemos que un vídeo no reemplaza al encuentro cara a cara. Sin embargo, estos vehículos viven en la frontera entre los canales mediatos y los inmediatos, porque combinan la palabra oral con una interfaz que media -y esto puede ser ideal dependiendo la situación-. Muchas organizaciones tienen sedes en distintos lugares geográficos (dispersos en la ciudad, en el país, en el continente y/o en el mundo). En estos casos, cuando la presencia física no es posible, los vídeos pueden acortar las distancias y acercar a los colaboradores de los distintos lugares. Los líderes pueden aprovechar este tipo de comunicaciones como forma de darse a conocer y generar una sensación de proximidad, imposible de lograr de otra forma. Además, es posible ver el vídeo en el momento en el que se lo desee, repetirlo e incluso compartirlo.

 

Así que ya sabes: deja volar tu creatividad y rodéate de un buen grupo de profesionales para que te asistan con la estrategia, el guion y la edición. (Pssst! ¡Nosotros hacemos unos videos muy chulos!)

*Fuente: “2019 B2B content marketing benchmarks North America”, del Content Marketing Institute.

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