#CasosCI: Los valores también se entrenan

Todas las organizaciones deben salir a comunicar en algún momento su misión, visión y valores. Y si bien esto hace al corazón de las empresas, la mayoría de ellas no suele dedicarle demasiado tiempo ni otro tipo de recursos a la difusión de los mismos. Ni a la creatividad a la hora de comunicarlos.
Son incontables las organizaciones en las que hemos visto –como mucho- algunos afiches en las paredes de los espacios comunes, o un ploteo en alguna puerta, enumerando cuáles son los valores organizacionales. Pero el caso que les traemos hoy es distinto, y por eso nos pareció que ameritaba su difusión. No solo por la importancia de la temática, sino también por la creatividad desde la cual se la abordó, y la responsabilidad con la que nuestro cliente se tomó este tema. Se trata de Efectivo Sí, una compañía financiera que cuenta con una red de 94 sucursales en todo el territorio nacional.
Hacia fines del año 2016, Efectivo Sí había redefinido su propósito y sus valores corporativos a través de un proceso en el que decidieron explorar entre todos cómo era su cultura organizacional, qué los guiaba y qué valores los representaban.
Ok, los valores y el propósito están definidos, pero ahora, ¿cómo los comunicamos? Ahí entramos en juego nosotros. El desafío era pensar en una campaña creativa que lograra involucrar a los colaboradores (ya que ellos habían definido los valores, ellos debían ser quienes los comunicaran). El eje rector de la campaña fue el entrenamiento: “los valores también se entrenan”.
Todo comenzó con un shooting en la terraza de nuestro cliente. Ocho colaboradores se ofrecieron voluntariamente para “entrenar”, sin saber bien de lo que se trataba la cosa, más que una sesión de fotos a pleno sol y con ropa deportiva. De esa producción obtuvimos las imágenes que serían el hilo conductor de la campaña, y que atravesarían cada una de las distintas piezas de la misma. Definimos una foto por valor, y otras fotos grupales para las comunicaciones generales.
El día del lanzamiento todas las paredes estaban ploteadas con gigantografías de las fotos (photoshopeadas, en donde los chicos parecían verdaderos atletas en distintas especialidades). Llevamos a dos personal trainers a recorrer las oficinas, y al grito de “¡Vamos a entrenar!” y silbato en mano, pusieron en movimiento a todo el mundo; recepcionistas, call centers, equipos de Recursos Humanos, Finanzas, Depósito… (incluso algunos valientes se animaron a hacer abdominales y sentadillas, y un área entera salió a correr por los pasillos encabezada por un colaborador que era runner). Esa mañana, ya todos habían encontrado en sus escritorios un completo plan de entrenamiento que les anticipaba en qué momento del mes se estaría trabajando cada valor.
Para cada instancia se planteó una actividad presencial encabezada por los líderes: aprovechamos un espacio que tenían ya instalado y utilizamos un momento de esa reunión para “entrenar nuestros valores”. Así, para cada valor se pensó en algún juego con una consigna concreta que pudiera realizarse en equipo, y cuyo anclaje fuera recalcado por el líder.
También se generó un blog en donde se fueron subiendo todos los materiales necesarios para que los jefes pudieran ir guiando las actividades, así como fotos y videos para los colaboradores que ellos mismos se iban sacando en cada una de las instancias del Plan de entrenamiento.
No dejemos de entrenar (y comunicar) nuestros valores. ¡Son la base fundamental de nuestra organización!