Comunicación Interna e incertidumbre

La Comunicación Interna en los tiempos de incertidumbre

Como en todo, como en la vida, las situaciones en algunas oportunidades se presentan en los mejores escenarios y otras veces no tanto. Crisis, problemas, recortes, cierres, despidos… Y por supuesto, es iluso pensar que los colaboradores y su actitud frente a su trabajo será impasible en estos escenarios.
En relación a este tema, algunos meses atrás nos encontramos con una publicación que hablaba sobre la importancia de la Comunicación Interna en los tiempos de incertidumbre. Porque así como el amor a veces se presenta en tiempos tormentosos (aludiendo a la hermosa novela del enorme García Márquez), la CI también los tiene.
Pero, por el contrario del final que plantea el autor (spoiler alert!), en las organizaciones es necesario enfrentar la realidad cara a cara, ya que “navegar el río para toda la vida” de los amantes para evitar enfrentar a los vecinos y el “qué dirán” es una opción solamente viable dentro de los límites del realismo mágico.
En este sentido, volviendo a la Comunicación Interna, mantener un diálogo fluido con los colaboradores (independientemente de lo buenas, malas o inciertas que sean las noticias) es de lo más importante. Porque la palabra oficial siempre reducirá los temores y confusiones en los tiempos de cambio. Y porque, más importante, evitará –mejor dicho, menguará- el esparcimiento de rumores que solo hacen que la situación se torne todavía más confusa.
Siempre existe un momento ideal para comunicar, pero, como sabemos, lo ideal es muchas veces una utopía. Por eso, y sobre todo en los tiempos de incertidumbre (que lamentablemente no se presentan de forma planificada), el mejor momento para comunicar es ahora. El presente. La “cresta de la ola” de la crisis solo se pasará con una buena estrategia de negocio acompañada de una estrategia comunicacional bien pensada y ad hoc.
Según Gallup, una gestión del cambio efectiva puede ayudar al engagement de los colaboradores incluso en los tiempos de incertidumbre. Cerca de 8 de cada 10 empleados (80%) se muestran comprometidos cuando las encuestas indican que se presenta una comunicación abierta, oportunidades de proveer inputs, una conexión clara entre los cambios presentes y el futuro de la compañía, y apoyo del management ante los cambios que afectan su grupo de trabajo. En cambio, cuando los colaboradores no están de acuerdo con estas afirmaciones, tan solo el 1% se muestra comprometido.
Entonces, ¿cómo pueden hacer las empresas para asegurar el compromiso de sus colaboradores frente a los cambios, especialmente cuando hay tantas preguntas sin respuesta? El artículo citado nos ofrece tres tips:

  1. Sé abierto y honesto. Con los cambios rápidos y sin una idea real de cuándo se tendrán respuestas finales, el primer instinto puede ser el de esperar a comunicar hasta que sea posible contar con la información más segura. Sin embargo, la falta de comunicación crea un vacío informacional y puede llevar –como mencionamos previamente- a la generación de rumores, información falsa, mayores niveles de ansiedad y, finalmente, falta de compromiso. Una Comunicación Interna fluida, clara y honesta –por más que todo lo que haya para decir es que “no hay novedades”- puede ayudar a aliviar estos temores, y a demostrar a los colaboradores que los Decisores están haciendo de este tema una prioridad.
  2. Respondé las preguntas que importan. La principal pregunta que tienen los colaboradores ante cualquier cambio es de qué manera los impactará. Es importante que la estrategia de Comunicación Interna sea diseñada para responder a las preguntas y preocupaciones más relevantes.
  3. Pensá como un especialista en marketing. A menudo las comunicaciones que salen desde Recursos Humanos se limitan a lo conocido, a lo ya probado. El mail institucional, los newsletters o las reuniones de staff. Pero para asegurarse realmente que los colaboradores no solo estén informados, sino también comprometidos, los equipos de RRHH y CI necesitan tratar a los colaboradores como si fueran clientes y diseñar campañas internas que se sientan como campañas externas. Innovar en las estrategias, en los vehículos, en fin, en la comunicación del mensaje. Recordemos que la situación ante la que estamos parados no es “una más”, y que, por ende, requeriremos de nuevas formas de comunicar, más acordes a la temática.

Dejemos a Florentino y a Fermina navegar el río para siempre. Pero nosotros, comunicadores internos, salgamos a enfrentar a nuestros públicos con las mejores herramientas hasta que pase la crisis.