La semiosis organizacional y la construcción de la realidad

Hacia finales del año 2017, la comunidad digital de Dialogus CI invitó a distintos especialistas en nuestra disciplina a co-construir un anuario de Comunicación Interna. Porque lo cierto es que si nos cansamos de decir que a la Comunicación Interna la hacemos entre todos, suena lógico que cada uno pueda aportar su granito de arena para generar y seguir sumando conocimiento.

Así es que Laura Verazzi, una de nuestras directoras, se convirtió en co-autora (junto con muchos otros reconocidos profesionales del ámbito provenientes de distintos países de Latinoamérica) de este Anuario. Compartimos a continuación su artículo, pero queremos hacer énfasis en que no te pierdas por nada del mundo de leer el anuario completo. Hay muchísimas notas interesantes para seguir pensando y co-construyendo a la Comunicación Interna. Puedes descargarlo en el sitio de Dialogus CI, o directamente en este link.

COMUNICACIÓN INTERNA:
LA SEMIOSIS ORGANIZACIONAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD

Hace algunos meses leí la siguiente afirmación: “En el campo de estudios de la comunicación, sigo teniendo la impresión de que todavía tenemos pendiente el pasaje del modelo de la flecha (E > R) al modelo de la red”. Es innegable que en los tiempos que corren esta frase de Carlos Scolari (2017), invita directamente a la reflexión.

A pesar de que los modelos de Shannon y Lasswell tengan prácticamente una centena de años, a la hora de imaginar los procesos comunicativos en una organización o de planificar la gestión de comunicación interna, solemos tener en mente el modelo comunicacional más o menos básico de emisor-mensaje-canal-receptor-feedback- etc. (siendo este etcétera cualquier otra variable que se sume de acuerdo con el autor en el que estemos pensando). Hacerlo no es bueno ni malo. A priori es algo positivo porque, sin ir más lejos, lo más común en consultoría es establecer modelos teóricos que sirvan para orientar a nuestros clientes y ser efectivos en nuestras tareas. ¿Por qué? Porque todo modelo implica una reducción hacia un ideal. Una estructura que seguir. Un modelo proyecta y da posibilidades. Reduce la complejidad. Brinda categorías. Sistematiza. Unifica la diversidad. Y vaya si las empresas son diversas: ¡cada empresa es un mundo! En esta heterogeneidad y en un marco de cada vez mayor complejidad de información, de roles en pleno proceso de transformación, de jerarquías cambiantes, el tener un marco de contención para plantear estrategias y orientar la práctica, se vuelve necesario. Todo esto es especialmente importante para una disciplina como la comunicación interna que (así como la comunicación en general lo viene haciendo hace ya varias décadas) está defendiendo su legitimidad en el ámbito corporativo y académico con uñas y dientes. En este contexto, los modelos nos ayudan a poder establecer parámetros y a movernos en el marco de la efectividad y los indicadores clave. Podemos hablar de eficacia, de eficiencia, de resultados, de alcance, de analíticas. En otras palabras, nos permiten desenvolvernos en el universo corporativo y, sobre todo, hablar en el lenguaje de aquellos que toman las decisiones en las empresas.

Sin embargo, estos modelos comunicacionales no reflejan del todo la naturaleza y la complejidad de un proceso comunicativo que nunca es de la índole causa-efecto. Si queremos profundizar y estudiar nuestro campo de trabajo, hemos de tener en mente que en todo acto de comunicación o en cualquier situación comunicativa existe inherentemente una producción de sentido, cosa que estos modelos suelen dejar fuera.

Todas las representaciones que tenemos de lo que nos rodea se construyen a partir de los discursos que nos interceptan: de su temática, de su retórica y de las características propias del acto de enunciación. Por eso, es posible que una buena parte de lo que nos falta introducir en nuestros modelos sobre la comunicación sea el carácter epistemológico de los discursos. Es a través de ellos que damos sentido a nuestro entorno. Estos “sentidos” de los que estamos hablando siempre se manifiestan de manera material. De esta manera, en una cultura como la nuestra, los medios de comunicación funcionan como intermediarios entre la complejidad que presenta una sociedad y la percepción de que se tiene del entorno (Saperas 1998: 70- 91 en Alsina 2001:18). Por esta razón es que si queremos entender cómo construimos la realidad que nos rodea, tenemos que entender y analizar los discursos (y sus efectos de sentido) que recorren los diferentes medios y canales de comunicación y que, a la vez, nos recorren. Tanto aquellos discursos que “recibimos” como aquellos que “emitimos”, en definitiva, terminan trazando una red interdiscursiva de sentido.

En un planteo recortado, en el ámbito organizacional, es posible hacer lo mismo. Así, si la realidad de la empresa se construye a partir de los discursos circulantes, podemos entender al responsable de Comunicación Interna como aquel que termina de organizar estas manifestaciones de sentido. Por lo tanto, como aquel que interviene en la construcción de la realidad de la organización. El comunicador colabora para delinear un universo simbólico en particular.

Esto no es todo. Es importante tener en mente que todos los colaboradores son (además de consumidores de discursos o “receptores”), productores de sentidos y de nuevos discursos: generan sus propias lecturas, que a la vez son traducidas en nuevos discursos. En este proceso no solo el área a cargo de generar las comunicaciones formales sino todos aquellos que forman parte de la organización, construyen la realidad de la organización. Me gusta llamar a esto “semiosis organizacional” (siguiendo el concepto de semiosis social de E. Verón, 1998).

Gestionar la comunicación interna y formar con habilidades de comunicación a todos los colaboradores se vuelven, entonces, asuntos de vital importancia, así como también tener claro todo este proceso. Para ello, siempre es bueno estar atento, analizar los discursos y sus efectos de sentido que recorren los diferentes medios internos y que nos atraviesan. Como productores de discursos, y como actores de gran influencia en la construcción de la realidad organizacional, tenemos una gran responsabilidad.

 

Bibliografía consultada.

Mattelart (2004). Historia de las teorías de la comunicación. Nueva edición revisada y ampliada. Paidós. España.
Scolari, Carlos (2017). “De Humboldt a Mcluhan, exploradores de ecosistemas.” Publicado en Hipermediaciones. Disponible en https://hipermediaciones.com/2017/01/15/de-humboldt-a-mcluhan-exploradores-deecosistemas/ (visitado en 01/2017)

Verazzi, Laura (2017). Estrategia y gestión de medios para Comunicación Interna. Paper de Cátedra para la asignatura Comunicación Organizacional de la Licenciatura en Recursos Humanos de la Facultad de Ciencias económicas y empresariales. Universidad del Salvador. Buenos Aires.

Verón, Eliseo (2015). Fragmentos de un tejido. Gedisa. Barcelona

Verón, Eliseo (1998). La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad. Barcelona: Editoral Gedisa

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