La ruta sensible de la Comunicación Interna

Algunos posteos atrás te comenzamos a contar acerca de cómo nos gusta llamar, en base a nuestra metodología, a los distintos vehículos por los que pueden comunicar las empresas y a las distintas rutas que los mismos pueden atravesar.

En dicha publicación, nos dedicamos a describir el camino “tangible”, por donde circulan los vehículos mediatos (puedes refrescar tu memoria sobre estos conceptos haciendo click aquí).

Hoy, para complementar, queremos contarte sobre la ruta “sensible”, que comprende en cambio a los vehículos inmediatos (aquellos que tienen que ver con acciones presenciales, con la oralidad y la cercanía).

Reuniones de equipo, instancias de feedback, fiesta de fin de año, discursos del/la CEO. Hablamos de sensibilidad porque involucra a todas las personas; quien sea responsable por la CI ya no maneja en soledad. Ahora tiene a todo un equipo del cual depende para lograr el éxito de los mensajes. Porque comunicación interna necesita de las personas.

En este caso, cuando nos manejamos dentro de la zona sensible, la comunicación será exitosa solo en la medida en que logremos hacer el click en la gente. Cuando entienden y comulgan con los objetivos de la organización. Cuando las personas están comprometidas.

Pensemos en la organización de un desayuno de trabajo: debemos contar con que el equipo de lidereazgo disponga de su agenda, que se muestre interesado en liderar el encuentro, que los equipos confirmen su presencia, que participen activamente, etc. Es decir, tendremos el expertise para aportar cierto valor, pero no todo dependerá del área CI.

En este tipo de comunicación, que usualmente llamamos “cara a cara”, al no existir ningún elemento entre quien comunica el mensaje y quien lo recibe, hablamos de vehículos inmediatos. Nada media entre las personas, los mensajes circulan directamente, hay posibilidades de repregunta, de feeeback, de ampliar el entendimiento valiéndose de la comunicación no verbal. Se produce la magia de la comunicación.

¡Atención! hay un tramo dentro de esta zona sensible en el que CI no solo comparte el manejo sino que directamente cede el volante. Por esta zona circulan las comunicaciones informales e interpersonales. Sin embargo, aún cuando no estemos manejando, como responsables de Comunicación Interna debemos tener en nuestro radar estas conversaciones o mejor dicho el clima, creencias y actitudes que van generando porque impactan tanto o más fuertemente que nuestra propia gestión en la efectividad total de la CI de una organización.

En busca de la ruta ideal

A veces, para llegar a destino solo es necesario tomar un camino, darle derecho y estacionar el coche. Otras, en cambio, es necesario tomar distintas autovías, combinar rutas nacionales y provinciales, hasta tomar una rotonda para poder arribar.

En la comunicación interna pasa algo parecido: pedimos disculpas por el subtítulo engañoso, pero la ruta ideal en sí misma no existe. Siempre dependerá del destino que nos propongamos (¿queremos generar recordación? ¿Deseamos lograr tomar conciencia? ¿Buscamos generar un cambio de cultura? ¿Nos conformamos simplemente con informar?). Este es un análisis que deberá ir haciendo cada organización sobre la base del plan de CI y los focos que haya delineado (¡el GPS, digamos!). Solo así podrá trazar la mejor ruta posible.

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