Hacia la industria 4.0

La industria 4.0 o 4° Revolución Industrial es un nuevo modo de organizar los medios de producción, es decir la forma de trabajo en nuestras industrias. Y, aunque parezca un ‘tema duro y distante’, si de trabajo se trata la Comunicación Interna no puede permanecer ajena porque detrás de ese trabajo y sus cambios están las personas, los colaboradores a los que constantemente buscamos impactar positivamente con nuestra gestión. Es por esto que estuvimos presentes en el 7° encuentro de Gerentes de Planta y RRHH: “Hacia la industria 4.0”, una nueva oportunidad de hacer Nexo CI. ¿De qué estuvimos conversando?

La revolución ¡nos revoluciona!

Plantearnos este tema nos exige hablar de tecnologías digitales, físicas y biológicas, neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento de energía, drones, impresoras 3D, etc. A los comunicadores internos, profesionales de las ciencias blandas, algunos de estos términos nos cuestan hasta para pronunciarlos, de muchos no tenemos ni idea de qué se tratan ¡y varios hasta nos espantan!
Pero si aun así nuestras ganas de hablar sobre este tema no se amedrentan, lo siguiente que nos vemos obligados a pronunciar en voz alta es que, todo lo que mencionamos anteriormente, transformará no solo la naturaleza del trabajo sino todos los aspectos de la vida y, según los especialistas, “hasta lo que significa ser humano”.
Sin embargo, todos estos cambios no se dan por nuevos elementos emergentes sino por una nueva interrelación compleja que se da sobre la infraestructura de una revolución anterior (cuyos orígenes se rastrean desde mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones). Entonces, sumado al pavor que transmiten todas estas cuestiones, deviene el dolor de cabeza de pensar ¿cómo no lo vimos venir? ¿estaremos, todavía, a tiempo de ponernos a la altura de las circunstancias?
Y no es que hoy hayamos amanecido pesimistas pero el dolor de cabeza se profundiza cuando advertimos que todo esto se trata de combinar maquinaria física y tangible con procesos digitales que serán capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar. Es decir, la tecnología trae consigo habilidades que (los profesionales de RH pueden dar fe) se llevan la mayor parte del presupuesto de capacitación dado que a los seres humanos (esos que aparentemente, a partir de esta revolución, también estamos en revisión) nos está costando mucho adquirir para nosotros mismos: trabajo en equipo, delegación, comunicación, toma de decisiones…
El miedo a lo nuevo tiene esto: es fácil encontrar argumentos para rechazarlo, así que la lista de ‘contras’ la podríamos continuar ad eternum. Aquí solamente vamos a mencionar una más que no podemos dejar de lado porque es la que más fuertemente suena por todos lados: unos cinco millones de puestos de trabajo de los 15 países más industrializados del mundo podrán desaparecer.

Empezando a ver la mitad del vaso lleno

Ahora bien, solamente basándonos en un informe del Barómetro Global de Innovación 2016 de General Electric, podemos ver que los altos directivos de las grandes empresas en muchos países del globo terráqueo no se frenan ante las ‘contras’ o complicaciones de esta transformación, sino que por el contrario el 70% tiene expectativas positivas, el 85% cree que las innovaciones serán beneficiosas y el 64% está dispuesto a asumir riesgos de innovar.
Según dicen, los países avanzados encararán los cambios con mayor rapidez pero son las economías emergentes las que podrán sacarle mayor provecho. Y es que la industria 4.0 tiene el potencial de elevar los ingresos globales y de mejorar la vida de poblaciones enteras. Esto hace que valga la pena superar nuestros temores iniciales y aprovechar que en esta revolución los profesionales de las ciencias blandas (sí, también nosotros los comunicadores internos) tenemos la oportunidad de sumarnos a la mesa de discusión y ser parte del cambio.