Gobierno y brecha salarial: ¿un impulso para la Comunicación Interna?

Hace mucho que quienes nos dedicamos a la Comunicación Interna venimos “luchando” por posicionar nuestra disciplina como mucho más que algo meramente decorativo o accesorio, sino clave para el buen funcionamiento de una organización. Muchas veces es vista como el medio para comunicar la fiesta de fin de año, o el lanzamiento de una nueva encuesta de clima. Sin embargo, hoy es nada más ni nada menos que el gobierno de España quien, a través de un comunicado en relación a la igualdad de género en la empresa, afirma la importancia de su rol.

Hace un tiempo se dieron a conocer algunas cifras sobre la brecha salarial entre los hombres y las mujeres por la ocupación de puestos similares. El conjunto de salarios suma, en bruto anual, un 22,9% menos que el masculino, según el último dato del INE. ¿Podemos entonces hablar de igualdad? ¿Por qué se da esta diferencia? Porque, si bien el salario base es el mismo, lo que cambian son los extras (bonificaciones o pluses por disponibilidad, por ejemplo).

Comunicación Interna: la respuesta formal

Para intentar empezar a dar una respuesta a esta problemática (que no es exclusiva de nuestros días, pero que sí comenzó de un tiempo a esta parte a tener mayor visibilidad), el Gobierno de España ha propuesto inicialmente que las empresas estén obligadas a comunicar en forma regular a los representantes de los colaboradores los salarios de cada categoría, desglosados por género. De esta manera, la información será más transparente y accesible, y los colaboradores podrán conocer los niveles de remuneración (incluidas las variables extras) de otras categorías que realicen un trabajo del mismo valor.

Aprovechar este impulso en términos de comunicación puede ser muy favorable. Comunicar a los empleados cuál es la realidad de la empresa, cuáles son los objetivos, hacia dónde se dirige la organización en términos salariales y ayudar a los líderes a ver el problema como oportunidad podría ser un primer paso.

Pero se puede ir más allá. El hecho de ver como un valor la igualdad de género y de oportunidades debería ser motivo de orgullo para cualquier organización y por lo tanto convertirse en uno de sus principales mensajes de Comunicación Interna. Para ello, es necesario preguntarse si el valor se vive efectivamente en la organización (o si se trata solo de una comunicación de la boca para afuera). De vivirse, apoyarse en los líderes para que cascadeen la información hasta el último colaborador es menester. Si el gobierno le está dando importancia a la apertura, a la transparencia, a compartir información, y está ocupándose de la igualdad de género, ¿la empresa no debería hacerlo también? La comunicación, entonces, se vuelve importante e incluso imprescindible.

Como segundo paso, generar las conversaciones que ayuden a fomentar el cambio cultural que implica erradicar las diferencias de género también puede ser (es) un rol del sector de Comunicación Interna. No pocas organizaciones ya están comenzando a animarse a este cambio, que incluye equiparar los permisos de maternidad y paternidad, o que los permisos por jornada reducida para hacerse cargo del cuidado de los hijos puedan ser tomados por hombres además de por mujeres, sin medidas colaterales (formales -sanciones- o informales -bromas por parte de los colaboradores).

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