Una golondrina no hace al verano

Ya todos los que nos dedicamos a la Comunicación Interna estamos al tanto del que fue (tal vez) el lanzamiento más importante del último tiempo. Luego de un extenso período de prueba, Facebook oficializó Workplace. Se trata de una plataforma digital que viene pisando fuerte y que se presenta a sí misma como una solución a las problemáticas comunicacionales dentro de las empresas.

Cumplido casi un año de su lanzamiento, ya son varias las organizaciones que, de a poco, van animándose al cambio de plataforma, dejando las Intranets y los newsletters de lado para investigar en carne propia qué es lo que ofrece Zuckerberg. No es mi idea extenderme en sus características, pros y contras. Para ello están los portales informáticos, tecnológicos, económicos… Sobran los espacios, y el nombre Facebook tentó de por sí a más de un medio de comunicación para cubrir el lanzamiento.

Me propongo entonces en este humilde espacio abrir el debate sobre otro aspecto de la herramienta. No digo que sea buena ni mala. Es una herramienta. Pienso que tiene miles de puntos a destacar y que ayudan a acercar a los colaboradores entre sí y con la empresa. Que permite una comunicación más cercana “hecha por todos”. Con una interfaz amigable y reconocida por la mayoría de los colaboradores, acostumbrados a utilizar la red social en su vida personal.

¿De qué quiero hablar, entonces? Pues de ciertas frases que leí en el último tiempo en más de un portal:

“Workplace by Facebook vino a solucionar el problema de la Comunicación Interna en las empresas”

“Facebook@work fue diseñado para limpiar los canales, quitar los escombros en la comunicación”

A modo de ejemplo transcribí solo dos, pero fueron muchas las ocasiones en las que me crucé con este tipo de citas (y en titulares, no solo en el cuerpo de la nota).

Escuchar o leer afirmaciones del estilo me da un poco de temor. ¿Sigue siendo necesario aclarar que hacer Comunicación Interna no es simplemente tener una buena herramienta sino un conjunto de las mismas? ¿Que deben ser complementarias, bien segmentadas, y sumadas a la comunicación presencial? ¿Que así como una Intranet (ni la más linda ni la más tecnológica) no basta por sí misma para decir que es la solución a la Comunicación Interna de una empresa, tampoco podemos decir lo mismo de Workplace?

Afortunadamente, sé que hay muchos comunicadores que coinciden conmigo (colegas de Vector C con los que he conversado acerca del tema e incluso personas a las que no conozco, pero que me han brindado su apoyo vía “fav” o “RT” en redes cuando me expresé al respecto), y eso me pone feliz. Sin embargo, me preocupa enormemente por los medios (tal vez no tan especializados) que repiten este tipo de información sin entender que la Comunicación Interna va mucho más allá de un simple vehículo, por más divertido y fascinante que sea, y por más “marca” que tenga detrás. Porque es imposible limitar el universo comunicativo que se da dentro de una organización a un muro o chat de Facebook.

Citando a Enrique Dans en un texto publicado a fines de 2016: “si detrás del despliegue no existe una verdadera cultura que valore la Comunicación Interna, no conozco ninguna herramienta capaz de hacer magia”.

Cuánto camino queda por recorrer, queridos colegas. Démosle la bienvenida a las nuevas tecnologías, que tanto nos facilitan el trabajo y la comunicación. Pero no perdamos de vista lo importante: Comunicación Interna es mucho más que una plataforma online.

Por Florencia A. Giaquinta, para Vector C

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