Ser cool no es sinónimo de buen clima
El clima dentro de una organización es tan importante, que son muchas las empresas que lo ubican dentro de los focos anuales a trabajar. De esta manera, se convierte en uno de los temas clave y se lo trata como tal a lo largo del año: se planifica, se asignan recursos, se invierte esfuerzo y energía en mejorarlo. Pero no todas las empresas lo gestionan de la misma manera.
Así como una golondrina no hace al verano (como dice el refrán), una sala de relax, una mesa de pool o una consola de videojuegos no hace necesariamente a un buen clima laboral. El “modelo Google” ya no es la Meca de las nuevas generaciones, que parecen haberse dado cuenta de que al clima lo hacen las personas, no el mobiliario.
Empleados felices generarán un mejor clima, de eso no hay duda y son múltiples los estudios que lo prueban. Pero no podemos descansar solamente en los chiches, en los accesorios de una oficina linda o bien decorada para lograr el objetivo. Un clima positivo tiene que bajar desde la cúpula, tiene que incentivarse, tiene que hacerse ejemplo en los líderes, en el trato con sus reportes, en cómo se dirigen a los colaboradores y en el tipo de relaciones que construyen. Un líder debe delegar, inspirar y motivar a los empleados, hacer lo que dice que hay que hacer y contagiar las ganas de ir a trabajar, en lugar de ponerles freno. Eso es generar buen clima laboral, y no se reemplaza con todos los toboganes o consolas del mundo.
Las tendencias cambiaron: lo que buscan las nuevas generaciones de empleados es la cercanía en las relaciones, romper con la tradicional distancia entre jefes-subordinados, tener acceso a ellos, considerarlos “uno más”. Oficinas abiertas, reuniones tanto formales como informales, feedback constante, contacto frecuente.
La consultora Great Place to Work mide el liderazgo de distintas empresas a través de, entre otras cosas, un Management Scorecard, que son los impactos de cada líder percibidos por sus reportes inmediatos. La comunicación es la primera de las 8 competencias culturales a evaluar. ¿Casualidad? No lo creo. El rol de la Comunicación Interna es muy (súper, ultra, híper) importante. Ayuda a vincular a los objetivos de la empresa con los de los colaboradores, transformándolos en verdaderos agentes de cambio, que comenzarán a generar un retorno (con suerte, y si la CI es bien gestionada, el mismo será positivo). Este círculo se vuelve virtuoso y genera mejor clima laboral. Para esto, es importante trabajar en habilidades de comunicación en los líderes. Y si no, vean este estudio, donde son los mismos colaboradores los que opinan en un 83% de los casos que si sus objetivos están en consonancia con los del lugar para el cual trabajan, el beneficio es mutuo.
Un mal liderazgo afecta directamente a los reportes y a sus equipos, lo que genera una onda expansiva que impacta negativamente en el clima de la empresa (lo bueno y lo malo, todo se contagia). Son ellos los que deben transmitir la visión organizacional, inspirar a otros, ser el modelo a seguir y representar a la empresa.
Para cerrar, y a modo de ejemplo, hace un tiempo salió publicado un video en el que se informaba cómo un hombre había denunciado a su ex empleador por tener un trabajo extremadamente aburrido. Nos pareció gracioso compartirlo (independientemente de quién tenga razón, el jefe o el empleado) ya que ilustra perfectamente cómo el hecho de no tener el apoyo del líder, no estar motivado, no ser desafiado, puede favorecer al mal clima (¡juicios laborales incluidos!).