Formalidad vs. informalidad: basta de aburrimiento

A lo largo del tiempo, desde que comenzamos a estudiar la disciplina hasta el día de hoy, hemos leído diversas publicaciones (libros, artículos, papers) que distinguían dos formas claras de Comunicación Interna; la formal y la informal. Sin embargo, esta distinción se nos hizo pobre en la mayoría de los casos; asociaba a la primera con las reuniones de quarter, los newsletters, las carteleras, y a la segunda con las charlas de ascensor, pasillo o máquina de café.
Con esta asociación en mente, es muy difícil que un colaborador pueda pensar en la comunicación que hace el área CI como algo entretenido o divertido. Y para intentar cambiar este mindset es que escribimos este posteo.
La Comunicación Interna formal no tiene por qué ser solemne, seria, aburrida. O al menos, no siempre. Existe un mundo de posibilidades asociado a las estrategias más creativas que pueden ser utilizadas para comunicar internamente. Dejemos de pensar que la creatividad es para el mundo del marketing y la publicidad y pongamos manos (y cerebros) a la obra. ¿Cómo hacer a la Comunicación Interna formal más entretenida?

1. Tené en cuenta a tu público objetivo

¿Qué les interesa? ¿qué les divierte? ¿cuáles son los temas que están de moda y que podríamos asociar a nuestras comunicaciones? ¿qué herramientas son sus preferidas? (en la vida misma: redes, canales audiovisuales, radio…). Si siempre tenemos todo esto tan claro para la Comunicación Externa, ¿por qué pensar que es distinto cuando hablamos internamente?

2. Andá al punto

La tendencia digital, la era twitter con sus 140/280 caracteres y la enorme multiplicidad de estímulos que los colaboradores reciben tanto interna como externamente hicieron que nuestros mensajes se vean opacados por muchos otros, y es necesario buscar la forma de que lo básico llegue. Por eso, es importante ir al grano. Es necesario hacer el ejercicio “periodístico” y pensar a la Comunicación Interna en titulares, para luego ir desagregando la información de lo más a lo menos importante, ya que con certeza no todo el mundo llegará a leer hasta el último renglón, sobre todo si tenés una plantilla joven de colaboradores.

3. Pensá fuera de la caja

No es necesario dejar de lado los vehículos más tradicionales (newsletters, la cartelera o la intranet), pero es importante pensar en nuevas posibilidades y espacios no tan explorados a la hora de salir a comunicar. Desde las tarjetas de fichada hasta los escalones de entrada, desde los espejos del baño hasta el piso o el cielorraso. Además, las nuevas apps y las acciones presenciales no tradicionales también serán un golpe de aire fresco para empezar a (o terminar de) instalar un tema. Y, si te es imposible (o no te autorizan) a dejar de lado newsletters, cartelera o Intranet, probá con flip pages, con incluir gifs animados en lugar de fotos, con generar cambios en las carteleras para que nunca lleguen a formar parte del “paisaje”.

4. Aprovechá los beneficios de esta era

La transmedialidad te permite que un mismo mensaje sea distribuido por distintos vehículos que van complementándose, pero sin perder de vista el propio lenguaje y forma de comunicarse de cada uno. De esta manera, nos permite ir contando una historia desde distintos ángulos, donde los colaboradores podrían incluso interactuar con el contenido. Te compartimos aquí un artículo interesante sobre este tema que publicaron nuestros colegas en España.

5. Dale voz a los colaboradores

La Comunicación Interna está, entre otras cosas, para ayudar a las personas a encontrar su propia voz dentro de la organización (no solo la voz de la empresa). Permitirles que formen parte del mensaje, incluir sus puntos de vista, hablar desde distintas perspectivas, puede llegar a ser una forma interesante de hacer una Comunicación Interna que capte la atención de la mayor parte de las personas. Lo importante, claro está, es que todos hablen de lo mismo; es decir, que los mensajes estén alineados a aquello que la organización quiere decir.
 
Quedó para el final, pero no por eso menos importante. Hay algo fundamental para aclarar: el hecho de que se utilicen espacios informales, descontracturados o divertidos no significa que la información que se esté comunicando sea informal. Es necesario poder discernir entre el contenido y la forma. Con esto en mente: ¡a ser creativos y a pensar en nuevas y entretenidas formas de comunicar!